Cuando los minutos son eternos, o cuando simplemente no quieren llegar. Cuando solo llega a tu boca el salado sabor de una lágrima. Una lágrima sin explicacion que no hace mas que rodar partiendo ya de una mirada perdida, hasta acabar por suicidarse en el abismo de la negación, volviéndose casi imperceptible. Un cigarrillo no hace pasar el tiempo, pero el humo te consume cada instante. El clima decidió no acompañar tu angustia, y actúa como exponente de la incertidumbre elevándola hasta las nubes, grises, claro. Presa de una bipolaridad que te condena hace tiempo, y ultimamente se hace extrema, quien sabe porqué. Miras caer las cenizas como si en ellas estuviera la respuesta que esperas, a una pregunta que desconoces. El té que te correspondía, ya es posesión de tu mascota. Ya ni tus propios ojos te prestan agua para beber. Dolor por un daño inexistente, risa por un chiste silencioso, todo junto, por supuesto. Convinaciones explosivas que te llevan a odiarte, odiarte por no entenderte. Posas delicadamente a tu momentáneo amigo en el cenicero, mientras tu mano izquierda produce soniditos molestos y familiares, al chocar contra un libro. Un libro del que ya deberías estar haciendo la digestión. Pero, no, ni lo abriste aun. Tampoco vas a hacerlo, ahora encontraste otra ocupación, casi tan idiota como la de leer sin comprender. El techo no es nada blanco en tu cabeza, ves colores, imagenes, ideas, pero nada claro. Y en el infinito silencio, sintiendo solo tu respiracion, fingís oír música para no parecer loca, pero no logras dominar ni tus pensamientos, imposible es tomar control en las cosas que los exceden. Lamentas perder el tiempo, desearías un control remoto para pausar el mundo, pero tampoco llega. Nada parece llegar hoy. Vos tampoco, no, porque... las horas si pasaron y ahora estas llegando tarde. ¿gravedad del asunto? cero. No más que otra estúpida crisis adolescente. Que como todo, deja huellas.Tuesday
Dueña del tiempo, jamas.
Cuando los minutos son eternos, o cuando simplemente no quieren llegar. Cuando solo llega a tu boca el salado sabor de una lágrima. Una lágrima sin explicacion que no hace mas que rodar partiendo ya de una mirada perdida, hasta acabar por suicidarse en el abismo de la negación, volviéndose casi imperceptible. Un cigarrillo no hace pasar el tiempo, pero el humo te consume cada instante. El clima decidió no acompañar tu angustia, y actúa como exponente de la incertidumbre elevándola hasta las nubes, grises, claro. Presa de una bipolaridad que te condena hace tiempo, y ultimamente se hace extrema, quien sabe porqué. Miras caer las cenizas como si en ellas estuviera la respuesta que esperas, a una pregunta que desconoces. El té que te correspondía, ya es posesión de tu mascota. Ya ni tus propios ojos te prestan agua para beber. Dolor por un daño inexistente, risa por un chiste silencioso, todo junto, por supuesto. Convinaciones explosivas que te llevan a odiarte, odiarte por no entenderte. Posas delicadamente a tu momentáneo amigo en el cenicero, mientras tu mano izquierda produce soniditos molestos y familiares, al chocar contra un libro. Un libro del que ya deberías estar haciendo la digestión. Pero, no, ni lo abriste aun. Tampoco vas a hacerlo, ahora encontraste otra ocupación, casi tan idiota como la de leer sin comprender. El techo no es nada blanco en tu cabeza, ves colores, imagenes, ideas, pero nada claro. Y en el infinito silencio, sintiendo solo tu respiracion, fingís oír música para no parecer loca, pero no logras dominar ni tus pensamientos, imposible es tomar control en las cosas que los exceden. Lamentas perder el tiempo, desearías un control remoto para pausar el mundo, pero tampoco llega. Nada parece llegar hoy. Vos tampoco, no, porque... las horas si pasaron y ahora estas llegando tarde. ¿gravedad del asunto? cero. No más que otra estúpida crisis adolescente. Que como todo, deja huellas.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment