The masterplan.

Su plan y mi plan se oponían. Si, él tiene un plan para mi, un destino. Él quería ayudarme. Yo me creía poderosa, incluso más que él. Yo me creía capaz de controlarlo todo. Yo me negaba a ser una ficha de su juego. Hasta me negaba a reconocer su influencia. Aun así, insistió en ayudarme. No le di opción.

Él tiene tantos aspectos y planes, como personas habitan la tierra. Existe para mi, si, siempre existió. Pero nunca fui capaz de escucharlo. (Aun no lo soy). La negación llegaba al punto de no reconocer que mi plan jamás sería más poderoso que el suyo, dado que éste me incluye por más que me oponga. Finalmente pude reconocerlo. Él intento advertirme, entrar en mi y obrar desde adentro... jamás lo permití. Aun así, quiere ayudarme. No le di opción.

Él me regalo una pasión, y me permitió creer que ese "don" era obra mía... para mantenerme ocupada. Me dio tiempo de enamorarme por completo, lo suficiente como para amarla más que a todo, más que a él. Él puso en mi camino sensaciones y experiencias maravillosas, indescriptibles, esperando que ante la luminosidad del sentimiento, pueda reconocer su obra. Jamás lo hice. No le di opción.

Aun conociendo el amor a lo abstracto, me creía dueña de todo. Insistía, inconscientemente, en complicar su plan. Los días transcurrían y mi vida se resumía a una palabra, provocándome una desconeccion total del resto del mundo. Cuando miré al costado.. estaba sola. Me vi sola, por negarme a verlo a él. Y ahí conocí el amor propio. Me regaló la posibilidad de conocerme, aceptarme y quererme.. Y ni viéndome a mi misma pude reconocer  que le debía la existencia. Y pese a mi desprecio, siguió intentándolo. No le di opción.

Claramente conocía e implementaba el "poder sentir". Omnipotente y egoísta, disfrutaba de sus maravillas sin reconocer su participación (y así continúo). No había forma. Años pellizcándome desde un costado, y yo matando los mosquitos. Seguía creyéndome autora de la felicidad que me regalaba en cada escenario, y provocadora de cada lágrima que rodaba por mi rostro sin razón. No, nunca hubo razones, siempre las inventé para evitar reconocer que, por primera vez, había algo que yo no podía explicar. Sentía..y sentir me era raro (me es raro) no podía manejarlo.. y eso me asustaba. Por miedo, me seguía negando. No le di opción.

Y ahí es cuando ellas entran en acción. Él me hizo creer que "coincidir en tiempo y espacio" fue casualidad, me dejo creer que YO las elegía hasta hacerles un lugar en mi vida. Aun así me negaba a involucrarme, insitía en ignorar lo humano y concentrarme en mi plan aprovechar ese "don" que no creía más que una casualidad. Tiempo, pequeños gestos, insignificantes manifestaciones de grandeza en corazones de tan corta edad, lograron que, sin quererlo, les diera un asiento preferencial en lo más profundo de mi "corazón"..  Cuando eso sucedió, llegue a abusar de esa nueva capacidad de "sentir" que apenas estaba descubriendo. Y ahí, de un momento al otro, entendí que fue él quien las eligió para mi, quien uso la danza como excusa para que mi orgullo les abra una ventana y las invite a ser parte de mi cerrada burbuja para que una vez adentro... ¡PLAF!, la exploten. 

No lo escucho a él, pero si a ellas. Me gusta saber que él está en ellas. Él les da sabiduría, ellas me enseñan. Él las hace felices, ellas me alegran. Algo así como una cadena.. una cadena que complica lo que podría ser tan simple como reconocerme un instrumento de su plan. Aun me niego. Mejor dicho... aun NO PUEDO.

Al menos, y lo digo con orgullo, logró hacerme entender que en todas esas cosas que YO no puedo explicar... está él. En cualquiera de sus nombres o formas, está. En la llegada de estos seres a mi vida, claramente estuvo él.

Muchas veces me crucé con gente de su estilo que jamás terminó de cerrarme. Me alejaba tan solo por no comprenderlos, y negarme a hacerlo. Siempre me pregunté para qué estaba esa gente en el mundo, a que venían. Hoy puedo entenderlo. Esas personas brillan, incansablemente, brillan buscando iluminar al mundo aunque muy pocos se lo permitan. Hoy lo permito. La gente como ellas ilumina almas, salva almas. 

La gente como ellas está, entonces, para salvar a gente como yo. 

Tan simple... y tan complejo.

Y si es cierto que solo Dios es eterno en esta vida, 

el día que me falten encontraré refugio en el recuerdo..

Y si tengo suerte: en él.