En el momento en que terminé la frase, fui consciente de que se me venia un problema. Me vi una vez más en una de esas situaciones de las que suelo arrepentirme, esos momentos que preferiría no vivir jamás. Sin pensarlo estaba dando pie a una de esas conversaciones cuyo final no imagino agradable, esas que arrancan agarrándonos desprevenidos, como quien no quiere la cosa, con un comentario desafortunado que desata una serie de opiniones sucesivas convirtiendo esas palabras en un nuevo tema de discusión. En cuanto respiré después de haber tirado ese desinteresado comentario al aire, noté que no pasó inadvertido en mi momentánea "compañía", todo lo contrario, despertó miradas y curiosidad. (también noté que no fue tan desinteresado como pensaba) Básicamente, como diría la abuela.. Metí la pata.
Pero.. a quien le importa? Mi única intención era evitar un momento patético... no importaba cuán patetico sea el que lo reemplaze. Llevaba 10 hs esquivando una situacion que ya no podía estirar más. Cayó la noche, terminó la clase, van saludando de a una, el teléfono suena con el "donde estás?"... no había escapatoria. La desesperación aumentaba, y con ella la sensación de eterna soledad. Llovía y necesitaba un refugio, entendiendo por refugio alguien con quien caminar bajo la lluvia mientras deseo ser partida por un rayo. Y bueno, en medio del drama cayó como de sorpresa una posibilidad de descargar furias al mejor estilo terapeuta-paciente, con la vereda de diván y la calle de consultorio.
Digamos que fue mayor la necesidad de un "abrazo intelectual" que el orgullo, algo me obligó a tragarme todas y cada una de las palabras que usé para fundamentar mi firme teoría del "no-cariño" pero... en que cambia? la desicion está tomada, ya no hay careta que valga, sabemos más de lo que tenemos que saber. De todas formas las cosas no podían continuar, así que.. para que mentir? lo agradecí. Lo agradecí como jamás había agradecido un error, lo agradecí como agradezco esas cosas que simplemente me hacen bien. Lo agradecí y créanme que todos deberían hacerlo.. no sabemos qué sería de mi y de ustedes si esa escena jamás hubiese existido.
Es bueno de vez en cuando chocar con gente que te dice las cosas como son porque sencillamente NO LE IMPORTAS. O si... pero NO. Esa sensación de comprensión que no es más que un "no sos viva, ya la viví" y unos cuaaaaantos choques de ideas, era lo que necesitaba para poner las cosas en su lugar y dejar de pedir perdón hasta por existir. Tenía frente a mis ojos el claro ejemplo de que hasta el ser más lejano a mi tenía cinco minutos para limitarse a escuchar... no era coherente seguir dando oportunidades a quienes hacen con ellas lo que un cerdo con un collar de perlas. Abrir el corazón y la cabeza como pan de flauta a la milanga es algo que no sucede todos los días, y después de ese día juraría que hasta el papa tiene cinco minutos para dialogar... si el resto no lo hace, es porque no le interesa.
Y bueno, resumiendo resultó ser que el problema nunca existió.. o mejor dicho sí, unos cuantos años atrás cuando algo se filtro del esquema de falsa felicidad, para originar en mi una personalidad exactamente opuesta a quienes me rodean, entendiendo las cosas de manera completamente diferente: Lo que solemos llamar "problema" nunca se parece entre sí. Imposible unificar conceptos sin ponerlos en común... pero como dije, no hay interés.
Así que en conclusión no queda más que esperar y disfrutar de la lluvia.. ni matar ni matarse vale la pena cuando uno, por accidente, descubre y comprueba que ALGO genera en la gente, ALGO que hace que reciba una mano aun cuando dijo no necesitarla, aun cuando no reconoce estar ahogado...en un vaso de agua (de lluvia).
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