Friday

Punto final.

Otra de esas tantas conversaciones vacias. Eso que llamamos "hablar por hablar". Solo para sentir que cumplimos con el deber social de hacerlo. Y ponele que lo hacemos. A medias, de mala gana, a los arañazos... pero lo hacemos. Desde puntos opuestos nos enfrentamos hasta las lágrimas una vez más, y me llevas a los extremos más hediondos de mi furia, recordandome por segundos que yo también puedo expulsar agua de los ojos.
En uno de esos instantes pude notar que las cosas cambiaron desde la última vez que te enfrenté en este juego. Antes solías escupir oraciones imperativas, pretendiendo influir sobre mi, ignorando mi voluntad. Ahora es distinto, lanzas preguntas al aire, me miras como sugiriendo que te escuche, pero sin internenir.
Y ahí es cuando comprendo que ahora juego sola, que me cediste el casillero para que yo decida que tan lejos tirar los dados. Lejos tuyo, lejos de lo bueno, lejos del camino que te hubiera gustado que siga... ahora son MIS dados. Y es MI juego.
Entenderlo fue tan simple como notar que el "No faltes al colegio" es un "¿Qué pensas hacer cuando te quedes libre?". Que el "El jueves vamos al médico" es un "Si te duele...¿por qué no vas al médico?". Que el "basta de danza" es un "¿de que vas a laburar con eso?"... y por último, como estrofa final del candombe que juntas vamos componiendo, encendes frente a mis ojos el cuarto cigarrillo y, al ver mi expresión de deseo, dejás caer uno y preguntás "¿Querés?". Como ofreciendo caramelos, como incitandome a ver hasta dónde puedo llegar, como tanteando el terreno aver cuanto voy a durar lejos del ala... así como quien pregunta ¿te la bancas?. Dudando de mi respuesta, pero enfrentandome una vez más. Así cerrabas el último discurso, así dabas el ok a una serie de errores consecutivos que empezaron años antes de tu aprobacion, y te lavabas las manos como si nunca nos hubieramos cruzado de casualidad en una sala de parto. En parte sentí que las cosas estaban a tiempo de cambiar, si mi respuesta era la que esperabas. En el fondo me decías "aunque sin fuerzas, hacete cargo de vos...". Y me ofrecías la posibilidad de seguir brindandome esa "fuerza" que se supone necesito, si yo lo permitiera. Eso y más ocultaba una palabra palabra...:
-¿Querés?
-NO, GRACIAS... TENGO.

2 comments:

Sacudeelpescuezo said...

Nooooooo miedo totaaaaaaaaal. Te ofrecieron en tu casa? PARAA REBELDE WAY! Leo tus entradas y les pongo música y cada cosa qe está en mayúscula en mi mente suena como un "Chan chan chan" qisiera qe vieras como pasa por mi caeza Hortas, es muy comico.

Melina said...

jajajaja no entiendo que es lo que te causa gracia de mi drama... como sea, sos mi unica lectora asi que: "gracias por su colaboracion, estamos trabajando para usted"