Un minuto treinta segundos, aproximadamente. Fue suficiente para emocionarme, para pararme hasta el último pelito. Fue suficiente para entender un monton de cosas en tan solo... un minuto treinta segundos. Una escena en mi cabeza, una película de futuro, MI película. Eso quiero, a eso voy, en eso pienso. Y...
Ese corazón que late a mil; esa lagrimita loca que solo sale sintiendo danza; esa sonrisa que no va con el clásico pero pide por favor no ser callada; ese aire que al respirar me purifica, me llena, me da vida; esa energía de muchas como yo.
De repente abrí los ojos de golpe, me vi allí reflejada y sentí el paso del tiempo entre mis dedos. En ese minuto treinta desperté, pude notarlo. En ese instante todo cobró sentido, ahí sentí que todo valió la pena. Y entonces entendí que lo mío no es una pierna, un salto o una punta, lo mío es ese corazón que se acelera cuando escucha música, esas ganas incanzables de disfrutar, ese hambre de crecer aunque cueste. Y si, cuesta luchar contra la corriente, cuesta ser un loco en este mundo. Pero en mi locura vivo y quiero vivir por siempre. Ahí lo entendí, ahí finalmente ME entendí. Y no me arrepiento de nada. Ya nada es como antes, como cambiaron las cosas en tan solo unos meses, como cambié yo.
Hoy siento esa claridad que hace tiempo no tenía, hoy presiento que algo bueno va a llegar. Y que queres que te diga? Soy feliz. Fui feliz, en apenas... un minuto treinta.
No comments:
Post a Comment