Hoy, en el medio de una crisis en la que se enfrentaron aspectos de mi personalidad que ni sabia que tenia, llegue a una conclusión poco relevante a la vista del humano, pero a mi entender bastante interesante. Definitivamente, cuando uno esta obnubilado con algo que parece ser perfecto, no tiene noción del daño que esto puede causarle, pese a su similitud con lo fantástico. Hoy miro hacia atrás y me identifico con esa frase. Hoy, luego de ¿tres años? creo que necesito un cambio de aire. Ya paso la novedad, ya descubrí lo que quiero, ya exprimí al máximo mis ganas de permanecer. Pero... aun así estoy orgullosa, me aposté no aburrirme y aun no lo hice, simplemente es hora de progresar. Hoy siento que voy camino al encuentro conmigo misma a paso lento, ya casi sin fuerzas. Pero hoy, a esta altura del partido, comprendi que no es mas que eso, un encuentro conmigo misma y con nadie mas. Yo soy mi propio limite, yo decido que tan parecida es mi imitacion al modelo original, y cuanto debo esforzarme para semejarme cada vez mas. Yo soy la sangría y el punto final de mi historia. Hoy ya no busco sonrisas, gestos amistosos, ni la aprobacion de nadie. Ya no busco miradas al moverme, ni dudo antes de dar cada paso. Hoy tengo la certeza de que solo yo soy quien puede decidir como sigue la cosa. Sé que lo adecuado es priorizar la necesidad, pero la realidad siempre fue la misma: mi placer esta en reemplazar la necesidad por el goce. No me basta calmar la sed, yo bebo hasta reventar, le saco el jugo a la vida. No hay vuelta. Está decidido: necesito cambiar de aire, probar otra cosa. Pero, te digo algo? No quiero. Es contradictorio, si. Supuestamente, debería elegir lo que me hace feliz... pero hoy la felicidad la encuentro, de manera extraña, en elegir lo contrario. Hoy, elijo resistir.
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