Protector solar: gracias.

Dios. dios. dios. Cuantas veces escuche la frase "ponete protector nena" en boca de mi vieja, mi viejo, mis abuelas, mis tíos. Pero NO. La pendeja se hacia la viva y tomaba sol a la una de la tarde en pelotas y sin un gramo de protector solar. Y que pasaba? NADA. Tomaba un colorsito atractivo, nada fuera de lo normal. En todo caso su piel adoptaba el color rosado, pero por uno, dos días, no más de eso.

Hasta los cinco, seis años, mi vieja tubo dominio sobre mi y mi tomada de sol, dejandome tan blanca que solo se diferenciaban mis ojitos y el gorrito de colores que me ponía por temor a que la crema -factor 1.800- no alcanze y aun así me insole. (Eso cuando tenia suerte, y no me olvidaban metros atrás en la arena confundiéndome con una montañita mas, ya que ante la cantidad de protector, la arena se impregnaba en mi cuerpo de pies a cabeza estando completamente seca). Pero pasada esa edad, comenze a disponer libremente de la forma y el horario en que bronceaba mi cuerpo. JAMAS acompañada de mi NOfiel amigo cagador de infancia, don PROTECTOR SOLAR.

Ahora bien, volvamos al tiempo real. Este varano me fui a Gesell con mi prima y mi tía -Que novedad, se lo dije hasta el verdulero, aver si alguien me extrañaba-. Y ya mientras ibamos en el auto doña Galu tiro frases como "esta fuertisimo el sol" o "mucho protector este año, eh!" y mi cerebro se retorcía una y otra vez buscando la forma de evadirla, mientras que paralelamente recordaba mis desagradables historias relacionadas con frases similares. En eso, Cande lanzo una mirada al estilo Delfina Fritzenwalden acompañada de un "Por favor hacele caso, ponete protector. Sino nos va a joder todas las vacaciones". Dicho y hecho. Pero la segunda vez que lo dijo, ya tenia en claro que no iba a escucharla así todo el verano, por lo que accedí a su pedido, aun sabiendo que la crema y el combo arena+viento no son buenos amigos. O mejor dicho si, porque poseen una gran atracción mutua.

Al principio todo pareció normal. El primer día una fucking re-solana me tosto la parte trasera de las piernas -No, el trasero no. Tenia el short-. El segundo día, creo que era el segundo, el señor SOL tuvo ganas de observar el culo de Candelaria y salio con todas sus fuerzas. Playa en pleno mediodía, el protector se tubo que hacer presente. Me enchastre toda, el viento volaba la arena y me la estampaba en la cara dejandome un maquillaje artístico asqueroso. Para evitar eso y las arrugas prematuras, me puse las gafas y me tire a dormir. Confiada en que, si en años anteriores sin protector no me había quemado, este año tampoco no sería la excepción. Dormí (literalmente) hasta la hora de almorzar. Paseando en auto Cande me dijo algo asi como "Uuuu te quemaste con la forma de los anteojos". Yo me reí tranquila, creyendo que seria la luz, o un delirio de ella.

Regresamos a la playa y retomé mi posición anterior, solo que ahora con más protector aun. Así se fue la tarde. Sentía un pequeño ardor en el cuerpo, pero supuse que no sería nada grave, ya que Don Protector, cuidaba de mi.

Al llegar al hotel me dolía un poco la cabeza, así que me tire a la cama cual morsa y espere mi turno para bañarme. Ahí no recuerdo quien me dijo "uuu, mira como te quemaste", pero también me reí, pensando que no seria nada grave. Minutos después entre al baño, prendí la ducha, y al mirarme en el espejo pegué un grito. YA ERA TARDE.

Asi es que hoy, tengo dibujados en el cuerpo el shortsito, la maya y los anteojos. Aun conservo el ardor de aquel entonces elevado a la decima potencia, acompañado por unas simpatiquisimas ampollas de pus en el pecho, y una hermosa peladura de frente. Bien eh!

Protector solar:

sos un groso!