Cada día descubro algo nuevo de mi misma y cada vez que lo hago me siento aun más pelotuda. En este caso se trata de mi poder de observacion.
Mucha gente me dice que camino sin mirar a mi alrededor y que no presto atención a nada. Pero lamento decirles que no es así. Yo presto atención a los que me rodean, solo si me interesan. No pierdo tiempo analizando detalles poco interesantes, mi tiempo vale, che!
El punto es que cada vez que subo a un colectivo miro rápidamente a toda la gente que hay en él, y si hay algo interesante (léase: hombre joven atractivo) no me molesta quedarme mirándolo con cara de idiota todo el viaje. Total, jamas me volverá a ver ni sabrá quien soy y en algo tengo que ocupar la vista durante los largos, y no tan largos, trayectos diarios. Tengo varios que han quedado en mi cabeza hasta el día de hoy, y creo que si me los vuelvo a cruzar no me limitaria a mirar nada más, pero hay uno en particular que lo recuerdo perfectamente, como si hubiera sido ayer que el 107 freno de golpe dejandonos a escazos centímetros. -Si, siempre frena de golpe. Solo que a veces (el 99% de los casos) no corro esa suerte, y acabo estampada con personajes despreciables, que mejor no recordar-.
Siguiendo con el tema. Hoy iba a bordo del 181 -Si, el que siempre tarda mucho.- camino a lo de Cami y encuentro a mi derecha (pasillo de por medio) alguien que mantenga ocupados mis ojos. Cinco minutos antes de bajarme algo interrumpió mi acto de observacion excesiva no discimulada: Una muchacha que casi pierde su vida en una frenada brusca del chofer, debido a los diez, posiblemente mas, centímetros de corcho que llevaba bajo sus pies. Totalmente innecesarios, pero a mi entender, muy bonitos. Claro que, no empleados como ella.
Minutos después la joven descendió del vehículo, y en la siguiente parada yo. Caminando la cuadra que me separaba de la casa de Camila, enfoque mis pensamientos en el joven que había estado mirando todo el camino, y había algo en particular que me hacia recordarlo: Tenia la misma remera que el otro chico que les contaba.
Que loco, no? Pensar que fue hace como tres meses y aun recuerdo como estaba vestido. Me parece que debo comenzar a utilizar mejor mi memoria, dado que hoy tuve que mirar diez veces el video de una coreografía para recordar lo que hice hace no más de dos meses. Igual fué el calor que atrofio mis neuronas. Me pone estúpida, histérica e incoherente. Como siempre, si, pero peor. Hechemos culpas al calor nomás. La impuntualidad, el mal humor, la falta de memoria, el fastidio, el hambre... todo es culpa del calor. Todos mis males actuales son producto del calor... hecho culpas, total, jamás se defenderá de mis absurdas acusaciones.
Algo para destacar. Horas después de llegar a lo de Camila, volvimos a subir al 181 (el que regresa) para ir hacia lo de otra Camila. Sentada junto a la puerta estaba la joven de los zapatos de corcho, esta vez inmune a las frenadas bruscas. Lastima que a ella no me interesaba volver a encontrarla.
Seguramente eso me paso miles de veces con mucha gente, solo que nunca me entere porque no los recordé.. No les digo que solo recuerdo a quien capta mi atención. Y esta mina entonces?... linda? NO. Pelotuda. Si estas muy concentrada mirando a un flaco y derrepente vez que atrás tuyo vuela una persona, como para no fijarla en la memoria!? Definitivamente, solo recuerdo lo que me interesa, y solo miro lo que llama mi atención, no importa como.
No comments:
Post a Comment