Saturday

-So you think you can dance? -mmm...

Alegría. Así cierra mi semana, así elijo que cierre mi semana. Así las elijo entre tantas cosas que podrían sucederme un Viernes por la tarde. Así las disfruto cada segundo, como bailarinas y como personas. Así soy feliz.
Imposible negar que la incoherencia domina en esas tardes y que el límite entre el temor y la amistad es cada vez mas delgado. La locura es compartida a la hora de crecer, de arriesgarse a más, de prestarse al rídiculo sin miedo.. (o dejándolo de lado por confiar enn.. bueno, por simplemente confiar). Sentir la libertad en su punto más pleno, más real. Sentir el viento en la cara, sentir el chicle en la boca, sentir todas esas cosas que dicen que no hay que sentir en una clase de danza. Sentir ganas de llorar y no ocultarlas. Sentir ganas de putear... y hacerlo! ("te ooooodio!!!!"). Y bueno, sentir dolor a veces, pero nada que logre borrarnos la sonrisa, nada que nos haga cambiar de opinión. Nada que pierda lo ganado, nada que olvide lo aprendido... básicamente nada. Y nada me quita del cuerpo la ALEGRÍA, esa alegría capaz de tapar mi pesimismo diario, de pintarme el mundo de calores por dos horas, aunque al abrirse la puerta vuelva a dominar el negro, mi favorito. 
Llenandome de vida termino la semana, llevándome conmigo siempre un poquito más. Guardándome en el cuerpo sus correcciones, en la cabeza sus gritos y en el alma sus sonrisas. Con una hiperactividad que llega a causarme gracia, una increíble facilidad para ponerle siempre la otra mejilla a la vida, una perseverancia fuera de lo común y una energía que hace bailar a las rocas. Y si, de eso también intentamos aprender.. pero eso no se aprende, el brillo se lleva adentro. Se comparte y, desde este lado, se disfruta.
Y entre tantas cosas que se buscan transmitir, me quedo con la pasión. No es un trabajo, no es una obligación, no es una diversión. Es un sentimiento que desborda de un cuerpo amorfo y alocado, que se deja ser y decide contar su historia a quien esté dispuesto a escuchar..  y así con pocas palabras mueve todo lo que tiene al rededor.
Mientras otros le quitan luz al mundo con sus penas, acá se olvidan las penas para llenar el mundo de luz. Hay quien confunde orden con cementerio, hay quien cree que respetar es permanecer callado, hay quien dice que se aprende sin mesclar. Pero que se yo.. por mi personalidad, nada me viene mejor que los gritos, la sinceridad y los abrazos (negados) para amar cada día más esta locura que elegimos.
Así que gracias por el desprecio constante, por las devoluciones sin tacto alguno, por las canciones pedorras y las secuencias irreproducibles, por las humillaciones públicas de cada clase, por los insultos solo hacia mi persona, por las ideas disparatadas y las interminables tentaciones de risa, por los castigos a la impuntualidad, por las motivaciones comestibles... y por los ejercicios que terminan en catástrofe también! En fin, gracias por tanta Alegría.

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