El camino se va poniendo jodido, pareciera que para subir un escalon hay que antes bajar rodando quince y estrolarte feo contra el piso, sentir en la propia boca el sabor del fracaso desde el subsuelo. Desilucionarse de cosas, de personas, de situaciones y hasta de uno mismo. Sentir todos los dolores habidos y por haber. Pero finalmente ese escalon se alcanza, y lejos de emerger a la superficie, se siente como si hubieras hecho cumbre en el Everest y creéme que no hay placer como ese. Un insignificante avance, es para nosotros mucho mas de lo que el resto puede percibir. La alegria que se siente es inmensa y no se compara con nada. Pocas sensasiones experimenté tan lindas como la de autosuperarme y crecer, avanzar. Yo lo sé porque me pasó, y SE que un día podrá volver a pasar. Ahi estaré perseverante, esclava del esfuerzo, como siempre. Y es precisamente esa seguridad lo que me hace seguir cada día, aunque duela. Mientras tanto, disfruto de los pequeños placeres que esta pasion me regala día a día. Y me admiro y me amo por haber elegido esto. Nunca estuve tan segura de algo como de decir: Nada tan apasionante como el camino del bailarin.

~ NADIE dijo que era facil.
(No te confundas chiquita)
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