Salí a caminar cuando aun era de noche. Queria pensar, caminar, y poner en marcha mi ya cansado cuerpo. Necesitaba aire. Sali con total tranquilidad. Sin reloj, sin condiciones. Mi cartera pesaba toneladas. En su interior era posible hallar cualquier cosa, desde comida hasta un pollerin de danza. -Si, tenia danza, como siempre que quiero dormir, tenia danza-. Preferí no escuchar el sonido de la cochina ciudad y elegí a los Beatles como compañeros de camino. ¿¡Desde cuando!?. Camine sin rumbo aproximadamente unos cuarenta minutos, creo. Mirando a los ojos a cada persona que se me cruzaba. Prestando atención a todos los detalles de este barrio pedorro que me vio crecer. Hasta que por fin decidí tomar un rumbo fijo. Personas vestidas igual que yo pasaban casi corriendo por al lado mio. Acelerandose aun más en cada paso, mostrando en sus caras una cuota de preocupacion. Y otra se sueño, claro. Sin embargo, eso no me produjo absolutamente nada. Sin perder la calma mantuve mi ritmo. En eso, note delante mio la presencia 'gordito simpaticon' de unos cuarenta, cincuenta años caminando a paso de tortuga, en el medio de la calle. Lo analizé de pies a cabeza. Si hubiese tenido ojos en la espalda, todavia se estaria acordando de mi. Pero no, por suerte solo poseia dos. Y una prominente nariz que cargaba unos anteojitos interesantes. Al cabo de unos minutos comenzo a molestarme. No me iba a apurar para pasarlo, pero tampoco pensaba caminar detrás de él las cuadras que me faltaban. Me rei al pensar que seguramente yo le resulté igual de molesta a alguna persona que llegaba tarde al trabajo.

Llego un punto en que realmenre me cansé. Me arranque los auriculares, tomé coraje y apure mi paso. Perdone buen hombre, pero estoy llegando tarde al colegio.